—Joderme —repite Micky saboreando la palabra.
Hasta ahí leyó. Cerró su libro y se animo a caminar sobre la avenida Colón; recordó que Cristóbal, de apellido Colón había descubierto su América, aquella que hoy, estaba tan escupida, manipulada y sometida. Al darse cuenta se sintió nada.
Quería cambiar la dinámica de su vida, se sentó a la banca de aquel Jardín, pensó en el Polo Norte y en el Sur, en el cielo y el infierno, en la luz y oscuridad.
Era tan incapaz de hacerlo que abrió su libro de nuevo y comenzó a leer.
—Joderme —repite Micky saboreando la palabra.
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